lunes, 4 de mayo de 2009

SOMOS TODAS LAS PUERTAS

Fui cerrando las puertas
mientras caminaba por el pasillo
de aquella casa en penumbra.
Se escuchaban murmullos
a lo lejos, al fondo de las estancias;
nada entendía de lo que alli decían
aquellas voces suaves de mujer.
Caminaba posando las manos
en las paredes de la galería,
a tientas sentía los pomos de las puertas
y las cerraba en un acto reflejo.
Las palabras seguían sonando
y yo no comprendía nada,
simplemente y solo caminaba.
Pero las letras se hicieron
más claras, y entre el siseo
de alguna estancia me pareció
escuchar "quizás lo quiera".
Pasé despacio tras la puerta
siguiendo aquel susurro nuevo,
de frente mirando un espejo,
acaricié el hombro desnudo
de una mujer con la piel
blanca y fría, mientras repetía
"quizás lo quiera".
No tardé más de un momento
en salir de aquel cuarto
y cerrar también la puerta,
no había ningún rostro en aquel espejo.
Seguí caminando por el pasillo
dejando cerradas tras de mí
todas las puertas, las manos
rozando los pomos y mis ojos
no viendo nada. La había esquivado.


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