jueves, 7 de mayo de 2009

A MIS COMPAÑERAS Y AMIGAS

Un paso atrás allí en lo alto,
observando en la distancia
el mar, la playa y la isla.
¿No te parece Víctor
que en el monte la vista
resopla elegancia?
Te descubres sentado
al otro lado del mar,
y piensas que en esta orilla
no vives tan lejos todavía.
Disfrutabas de la soledad,
cada hora no era una hora,
y flotaba el tiempo en tu ruina.
Retrocedes otro paso
mientras la playa se acerca,
descubres el engaño
casi sin darte cuenta.
Y cada tarde de cada día,
era un paso, tan solo un paso
que en tu vida dabas,
que te pesaba, que te dolía.
Pero la playa no está tan lejos
de tí, y las olas llegan nuevas
cada mañana en su Granada,
se llaman Lidia, Laura y Elena.

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