Arderás en el infierno
me dijo tu rostro
escrutando cada segundo
de mi vida. El tiempo
se ha detenido en un final
violento. En este callejón
no hay salida, eres presa
fácil para los buitres.
Me insistes que lo deje,
que no vaya más allá del cielo,
que ni en el más largo momento
podré retrasar el final.
Me escupes el veneno
del adiós, del fracaso,
no siento más que miedo.
No espero más que el tiempo
detenido, a veces lo quiero.
Me enviaste aquella postal
de recuerdo, donde las olas
del mar a mí regresaban
y me sentí frío como el hielo.
Me impides sentir el amor
que me rodea; ¿no te das cuenta
que solo persigues silencio?
No sé quien eres tan cerca
y me ahogas entre horas
muertas, dame un respiro
sombra traicionera:
no me lo das, me dices
tan solo te espera el infierno.
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