martes, 6 de julio de 2010

CONTINUACIÓN VI

Miré por la ventana otra vez, unas nubes bajas a lo lejos hacían una línea lisa y paralela al suelo, ascendían como el algodón en figuras extrañas que aquella tarde no quise concretar. Siempre observo con curiosidad como la gente se siente bien discutiendo las cuestiones más elementales, martilleadas en el yunque de una fragua abandonada, al compás del paso firme y cadencioso del tren. El legionario marchó a lo largo del vagón, no llevaba quesos en las manos.