miércoles, 27 de mayo de 2009

AMOR, AMOR

Dímelo otra vez, otra vez más,
dime que me quieres amor,
con tus ojos, tus labios, tus manos
no dejes de decirme que me quieres.
Cánsate cada hora, grita desesperada
que me quieres, que más allá no hay nada.
Solo yo te escucho cuando dices
que me quieres, no temas la voz alta,
nadie puede escuchar tus palabras.
Y si sientes que estoy desesperado
que me dejo caer al vacío,
acompáñame al abismo
y dime que me quieres.
Te lo pido cuando huyas de mi lado
y dejes tu rastro en mi almohada,
no dejes que piense amor mío
que ya no me quieres.
Si navegas todas las noches
alejándote en la distancia,
dime que me quieres
cuando solo queden las palabras.

martes, 26 de mayo de 2009

UN ENCUENTRO CASUAL

Di dos pasos, esta tarde,

y perdí el sentido.

¿Cómo llegaste a verme

desde el coche?

yo no iba contigo,

fuiste la espía en la noche

tras de mí

como una loba herida.

En cada paso sentía tu aliento

y sin mirar atrás te veía

agarrándome las entrañas,

no me dejabas marchar calle abajo

sin tenerme entre tus garras.

Y al segundo paso después del primero,

no recuerdo el momento,

me estrellé contra el suelo,

llegaste detrás del impulso

encima de mí, frente a mí.

No recordaba haber visto tu cara

en ningún espejo,

pero tú me conocías

lo sentí en mi miedo.

Sofocaste mis suspiros

como si siempre hubieras sabido

contener mis lamentos,

en un simple gesto me besaste

quemándome el cuerpo.

Nadie se paseó a nuestro lado

en las diez horas siguientes,

aun tengo clavado en mi cuello

desde entonces tus colmillos.

Marcado ese día como un lirio

cuando bebiste mi sangre

en la noche.

domingo, 24 de mayo de 2009

RUIDOSO DOMINGO

Podría ser una de esas cartas al director, sección populista, populosa de los periódicos que hoy respeto un poco más que ayer. Ya que soy director, editor y redactor de este blog, me permito el lujo de ser el lector que también envía su carta de queja a la mencionada sección.
Llevo un buen rato ya con la sangre algo revuelta. El día comenzó a las 7 de la mañana, como muchos domingos en el maldito pueblo de Guadix, con ruido de campanas. El din don se repitió hasta las 12 con frecuencia cadenciosa. Para los ateos que tenemos que respetar, por aguacates, las tradiciones de los católicos, es fenomenal que las campanas suenen tan alegres desde tales horas el día de descanso semanal. Muchas veces comenté con amigos que si yo hiciese lo mismo con una sirena vestido de anticristo, me detendría la guardia civil en pocos momentos y por supuestísimo el pueblo entero se congratularía de ello, que se cree el irrespetuoso ese, los jóvenes de hoy en día no respetan nada.
Pero cuando los feligreses de 100 kilómetros a la redonda ya habían asistido a los oficios en respuesta al reclamo de las campanas, los vecinos de escalera tuvieron a bien brindarme con 40 minutos de gritos de niños, viejos y padres que entraban y salían de la puerta vecina. No pretendo buscar explicación al comportamiento humano, en general, pero de ahí a que tengamos que enterarnos todos del menú dominical creo que va un abismo.
Parecía que todo se había calmado, craso error amigo Víctor, los vecinos del edificio de enfrente, como es natural, propio y costumbre en ellos comenzaron a deleitar al personal con ritmos tan diversos y sensibles como el regeeton (como narices se escriba) y el melódico Camela. No mencionaré los gritos, palmas y jaleo en general que se escucha en la calle, ya estoy anestesiado. Pero no quedó ahí, previo paso por unas canciones de Camarón (al que escucho en la intimidad), tocó el turno del Arrebato, nunca un nombre fue tan apropiado, no mencionaremos la profundidad de sus letras, el timbre de su voz y la melodía exquisita de sus canciones, simplemente me quejo de tener que escucharlo por cojones, así de fino.
A estas horas voy que trino, no puedo quejarme a nadie, con la iglesia hemos topado, mis vecinos de puerta se han ido y los de enfrente... en fin, protejo mi integridad física. Tan solo me falta el partidito de fútbol por la noche, con los consiguientes golpes en los portalones de los garajes.
Conclusión: el trabajo es salud, y además me pagan por los ruidos.

sábado, 23 de mayo de 2009

EL TIEMPO EN MIL AÑOS

El rumor del agua en los canales
de la Alhambra. La suave sombra
de la luz en la celosía.
Es un paseo enigmático
más allá del tiempo, son mil años,
mil años ya, de infinitos recuerdos.
Es la memoria de las columnas,
como enredaderas, quien sustenta
el paso del peregrino.
Ahora el flash de las fotos,
antes fueron cuentos,
¡cómo no vas a morirte de miedo!
ahí está viendo, majestuosa,
llorar el tiempo perecedero,
mil años son su consuelo.
No te temo al verte
fuente, ciprés y patio,
sino cuando pienso
en los ojos que te vieron,
los míos ya son tuyos
mil años más de lamentos.



miércoles, 20 de mayo de 2009

ESE VASO

Y si bebo todo el alcohol
que me pide el cuerpo,
a dónde llegaré esta larga
tarde de desencuentros....

Tengo el corazón como el hielo
cuando el licor resbala
por el vaso, cuando estalla
en un crujido sin remedio.

No me digas que no está bien
que ya no es el momento....

Se queman los labios en el vaso
mientras se calman los nervios,
han sido muchas horas pensando
para no quererlo dentro.

Me escondo en el tiempo
en que bebo ese trago,
había estado cerrando
las puertas en silencio.

No me digas que no está bien
que ya no es el momento...

Me arranqué la piel a tiras
en un segundo eterno,
no podía pensar en dejarlo,
no podía dejar de hacerlo.

No me lamento de ese sorbo
que me arrancó media vida,
en ese vaso con hielo vivía
hace tiempo ya muy loco.

No me digas que no está bien
que ya no es el momento....

martes, 19 de mayo de 2009

AQUELLA FOTO, MICKY Y MAGO. II

- ¿Vas o no vas a contarme la historia de la foto? -preguntó Micky-. Pero esta vez no me vengas con filosofías baratas.
- Tienes razón, es un hábito adquirido -contestó Mago-. Muchas veces le doy una explicación trascendental a cualquier tipo de creación o realidad, como si tuviese la suerte de penetrar en el alma de las cosas, ser uno de esos tipos capaces de ver y contar cosas que los demás no pueden ni siquiera sospechar. -Con media sonrisa-. Estudié filología y ahora filosofía.
- Ya sabía que me tomabas el pelo- le recriminó Micky.
- Es la forma que tenemos de pavonearnos los que leemos mucho- replicó Mago. -Si además nos hacemos los atormentados, conseguimos levitar en nuestra dicha.
- Bueno, lo que quiero es que me cuentes la historia -insistió Micky- algo tendrás que contarme, después de todo, tanto si está vivo como si está muerto.
- Está bien. Está muerto - aclaró Mago. - Era un lugar muy alto, pero se podía ir en coche. Se ascendía por una carretera estrecha que iba dando curvas a diestra y siniestra por la ladera de la montaña. Hacía sol y se veían a lo lejos, en las cimas, los últimos restos de nieve.
- ¿Tú ibas en el coche Mago?- preguntó Micky.
- Pues claro- contestó Mago. -Fui testigo de todos los hechos. Salimos por la mañana temprano, después de preparar nuestras mochilas con algo de comida y agua. También pusimos ropa de abrigo, por si fuese necesario una vez en lo alto. Nuestra intención era ascender durante unas 3 horas, dar la vuelta, comer y regresar a casa. Sin demasiados alardes.
- ¿Me llevarás algún día a un lugar así?- poniendo ojitos.
- Tal vez, quizás algún día me lo pidas-. Continuó Mago. -Llegamos a una pequeña explanada donde se aparcan los coches, hay también un refugio que suele estar cerrado. En pocos minutos teníamos todo listo para comenzar el camino. La entrada del sendero estaba a pocos metros del coche. La subida es sencilla, pero constante. Al poco rato de comenzar a caminar, atravesamos un pequeño bosque de abetos, mientras aparecían las primeras marcas de nieve.
- ¿Quiénes ibais?- interrumpió Micky.
- Un amigo y yo. Venía de muy lejos sólo para subir esa montaña e intentar ver el Mediterráneo- aclaró Mago. - Cuando llevábamos media hora caminando llegamos a la parte de la montaña que aparece en la foto. A mi amigo le gustó para hacerse una foto, como si quisiese ir dejando constancia de como había sido el camino. Además se veía detrás, al fondo, la cima que teníamos que alcanzar. Yo le hice la foto y proseguimos. Unos 10 minutos después comenzó a nublarse el cielo, era más niebla que otra cosa, pero la verdad es que se estaba poniendo un día feo- se para un momento. - Mi amigo comenzó a ponerse nervioso, miraba al cielo y decía que no le gustaba nada como se estaba poniendo aquello. No hice demasiado caso, pero ante su insistencia le dije que no se preocupase, que en esa época del año, todo lo que podría suceder sería una ligera ventisca. No se tranquilizó y continuó haciendo comentarios.
- ¡Qué miedoso!-
- No sé, simplemente no le gustaba la situación. Entonces se paró y me pidió que diésemos la vuelta, que no le daba buena espina el tiempo y que otro día vería el Mediterráneo- recordando-. Insistí en que no tendríamos problemas en subir y que con un poco de suerte vería el mar; pero ya no me escuchaba. No quiso seguir, me dijo que no podía dar un paso más con aquella sensación que tenía en el cuerpo-. Se tomó un momento.
- Pero tú querías seguir ¿no?- rompió el silencio Micky.
- Sí, pero de todas formas ya había subido en numerosas acasiones, así que tampoco me importó demasiado, simplemente me pareció exagerado su comportamiento- respondió Mago.
- ¿Qué pasó después?- preguntó ansioso Micky.
- Nos fuimos al coche y comimos algo. Al poco rato arrancamos y comenzamos la bajada por aquella carretera sinuosa. A mitad de camino apareció una camioneta, apenas había espacio para dos coches, a bastante velocidad. Para esquivarla di dos volantazos, casi salimos de la carretera monte abajo. Terminamos el descenso con el miedo en el cuerpo y nos fuimos a casa.
- ¿Y ya está?- preguntó contrariado Micky.
- No- respondió Mago. - Esa tarde mi amigo decidió que regresaría a su ciudad, llegaría a media noche. No lo retuve. Al día siguiente me llamó su novia y desconsoladamente me preguntó por qué había decidido regresar aquella tarde. Le conté lo sucedido en la montaña. Sin más palabras me dijo que mi amigo había tenido un accidente de tráfico, poco después de salir. Había muerto.
- Vaya. ¿Volviste a hablar con su novia?- preguntó Micky.
- Sí, una vez- le dijo Mago. - Volvió a pedirme que le contase que había sucedido ese día, quería una explicación, algo que le diese sentido a lo que había pasado. Pero yo no sabía exactamente que decirle. Insistió en sus preguntas, solo pude responder que no habría muerto si hubiera subido conmigo a la cima aquella mañana. Me colgó.
- ¿Y la foto?- preguntó Micky.
- Me la envió poco después. - con pausa- tenía escrito detrás: "cada vez que veas la foto, sabrás que está muerto". Lo cierto es que es la única foto que tengo de mi amigo.
- ¿Qué piensas de todo ello?- preguntó MIcky.
- Nada. Hace unas pocas semanas volví a subir a la montaña. No será la última vez.


viernes, 15 de mayo de 2009

A MI ABUELA ASUN

Hoy mi abuela Asunción cumple 90 años. Es para mí la mejor noticia de este año, Asun sigue aquí, celebrando, como cada mes de Mayo, su cumpleaños. Es admirable mi abuela. Está pasando una primavera con muchos problemas de salud, mientras lucha desde hace casi tres años contra un maldito cáncer, este miércoles comenzó el tratamiento de radioterapia. A todos nos conmueve verla tan delicada de salud y cómo conserva la mente lúcida, la fuerza, el sarcasmo que siempre ha tenido, siempre atenta a todo y muy consciente de su situación.
Hace algunas semanas tuvo una recaída, mi madre me lo contaba por teléfono y empezó a decir "tu abuela no se quiere morir, le pone una voluntad enorme, es increíble las ganas de vivir que tiene. La pobre llora por las noches y está nerviosa" se me rompió el alma, empecé a llorar desconsoladamente sin poder articular palabra, haciendo todo lo posible para que mi madre no lo notase, joder estaba hablándome con una entereza y una valentía de su madre, a la que adora, que me sentí minúsculo, estúpido ante estas dos mujeres.
Solo espero que viva, que aguante. Espero hablar este verano de nuestro Zapatero y de nuestro Madrid en el porche de la casa con ella, como tantas y tantas veces. Hay seres extraordinarios y mi abuela es uno de ellos, y lo seguirá siendo, porque mi abuela no se quiere morir.

martes, 12 de mayo de 2009

LA FOTO, MICKY Y MAGO.

- Cuéntame la historia de esa foto, Mago.
- ¿Te gusta?.
- No sé, depende de la historia que esconda- respondió Micky.
- Creo que no te gustaría, no sé que pensar -aclaró Mago-. Las fotos esconden necesariamente historias tristes.
-¿Por qué? -preguntó con extrañeza Micky.
- Porque paran el presente, y en ese instante lo convierten en pasado. Es una imagen que ya no es, sino que ha sido.
- ¿Cómo si fuese un asesinato? -replicó Micky.
- Eso es, algo así. Cada foto es un asesinato, nunca más se volverá a repetir ese momento, pero ¿Sabes lo peor de todo?
- ¿Qué? -añadió Micky con impaciencia.
- Que los ojos que la han hecho jamás volverán a ser los mismos.
- No sé, pero si es la misma persona cómo puede ser eso.
- Porque cada persona es lo que es en el momento, lo que ha sido está detenido, muerto como en la foto -aclaró Mago-. ¿No te ves extraño cada vez que te ves en las fotos? ¿Cómo si en realidad estuvieses viendo a otra persona?.
- Quizás -contestó Micky con desgana-. Es raro mirarse o escucharse pero no creo que sea estar muerto, sería como si cada segundo estuviésemos muriendo.
- Esa es la verdadera historia de la foto, la tristeza de la que te hablaba. Las fotos nos recuerdan que ya estamos muriéndonos, que no somos lo que éramos y nunca lo seremos.
- Pues a mí me gustan las fotos- concluyó Micky.

HOY HAY LUZ

Ha bajado la marea en la playa
y al fondo el sol ilumina
el agua, las rocas, el camino.
Hay días en que bajas
el tobogán de tu rutina.
No sabría decir por qué
hoy mi vida es optimista,
quizás tampoco había ayer
una razón del pesimista,
quién espera un poco de coherencia,
siempre estoy sin equilibrio,
y degusto cada día
de hiel y de rosas
con la misma sensación
de estar en paz conmigo;
más bien nunca lo consigo,
y sin embargo en lo más profundo
me siento vivo.
No puedo negar que la luz
de la alegría, de mi esperanza,
es un momento de respiro,
llega al buscar las razones
de seguir en el camino,
y en un descuido recuerdo
que no hay en este paso
tantos motivos de desconsuelo.

lunes, 11 de mayo de 2009

YA NOS CONOCEMOS

Otra vez persigues sombras
maldito seas, corazón.
Parecía que en estos días
llegaba tu consolación,
el negro amargo de tus rosas
palidecía en el amor.
Crepitaba latente en el silencio
cada toque de reloj,
amor frío en el infierno
furia de un solo color.
Negro amargo de los sueños
que no puedes resolver,
en un vaso se hunde tu vida
no siempre volverás a nacer.
Y te caes, otra vez te caes,
qué más puedes hacer,
destruyes tus silencios
con gritos hoy igual que ayer.
Esa rueda que ya conoces
no te deja ver el bosque,
y sin embargo piensas
que no la reconoces;
qué más puedes hacer
para dejarte ver, en la noche.



domingo, 10 de mayo de 2009

Y ENTONCES LLEGÓ...


Nada más que un apunte. Yo nací en Santiago de Compostela, aunque fuese circunstancialmente, también me licencié allí, después de 5 años inolvidables. De camino a la facultad podía pasar por el Obradoiro y la Catedral (por cierto gratis), en uno de esos paseos que de tan cercanos que sientes no acabas de disfrutar, en la distancia me planteo lo afortunado que fui de tener tal entorno al alcance de mis pies cada día del año, ¡y con lluvia! Y pensar que no más de 5 o 6 veces entré en la Catedral en ese tiempo... Hace ya muchos años que el catolicismo y yo decidimos que nuestra relación no tenía sentido, con el paso de los años incluso me he convertido en un irreverente sin escrúpulos cuando hablo de todo aquello que tenga que ver con la religión. Sin embargo, como cualquier persona, no puedo dejar de estremecerme cada vez que veo la solemnidad de la Catedral, el silencio frío de las piedras, el recibimiento sobrecogedor del Pórtico de la Gloria...

Este Sábado he estado por segunda vez en la Mezquita de Córdoba, en cierto modo produce el mismo tipo de sensación que el paso por la Catedral de Santiago. La luz tenue, las columnas que forman espacios abiertos y a la vez cerrados, la sensación de que que el silencio de las hileras te habla calmadamente. Es fácil sentirse en sosiego y a la vez insignificante en un lugar así, invita tanto a la calma y a la reflexión como a la melancolía. Y en medio de tal solemnidad la Catedral...

En mi paseo por el Obradoiro imagino las enormes columnas de granito y veo en el centro de la nave central, por donde amenaza el botafumeiro, una sucesión de columnas andalusíes, un Mihrab adornado con letras árabes (éste sí mirando a la Meca)... y me pregunto quién sería el animal que plantó tal horterada en mi Catedral.

Esa es la sensación que tuve al visitar la Mezquita de Córdoba, un lugar sobrecogedor, hermoso, sosegante y enigmático, al que el fulgor cristiano católico peninsular robó parte de su magia "metiendo con calzador" una horterada salvaje (que se ofenda quien quiera y que argumenten una y mil veces los valores artísticos de tal renacimiento). El broche de oro de tamaña estupidez es una inscripción en una de las paredes de la catedral en la que se recuerda el nombre de unos religiosos españoles que murieron entre 1936 y 1939 por causa de la persecución religiosa de dicho periodo. Con todo respeto para esas personas y sus familiares, la inscripción está a la altura de esa catedral en la Mezquita.


jueves, 7 de mayo de 2009

A MIS COMPAÑERAS Y AMIGAS

Un paso atrás allí en lo alto,
observando en la distancia
el mar, la playa y la isla.
¿No te parece Víctor
que en el monte la vista
resopla elegancia?
Te descubres sentado
al otro lado del mar,
y piensas que en esta orilla
no vives tan lejos todavía.
Disfrutabas de la soledad,
cada hora no era una hora,
y flotaba el tiempo en tu ruina.
Retrocedes otro paso
mientras la playa se acerca,
descubres el engaño
casi sin darte cuenta.
Y cada tarde de cada día,
era un paso, tan solo un paso
que en tu vida dabas,
que te pesaba, que te dolía.
Pero la playa no está tan lejos
de tí, y las olas llegan nuevas
cada mañana en su Granada,
se llaman Lidia, Laura y Elena.

miércoles, 6 de mayo de 2009

MIS MOTIVOS

NO SALGO EN LA IMAGEN, PERO ESTOY
COMO SIEMPRE...

martes, 5 de mayo de 2009

NA AUGA LIMPA A LUZ DA ÁRBORE


NON É TAN LONXE,
DEIXA TAN SÓ QUE OS TEUS OLLOS
MIREN. ACHÉGATE UN POUCO
MÁIS, Á BEIRA DOS TEUS SONOS.
QUE MÁIS TEN QUE VIVAS
ESPERTO CADA DÍA
NAS AUGAS REMANSADAS,
QUE MÁIS DÁ SE TI MESMO
NON SABES NADAR.
ENTRE AS FOLLAS DAS ÁRBORES
NON HAI LUGAR PARA MORRER.
AÍNDA PERCORRES O RÍO
CONTRACORRENTE, RAPAZ
DEIXATE QUERER.
NON ATOPAS ARUMES TAN CEIBES
RÍO ABAIXO, TES QUE ESCOLLER
TAN LONXE DE TI MESMO
CANDO OS TEUS OLLOS HAN VOLVER.

lunes, 4 de mayo de 2009

INFIERNO

Arderás en el infierno
me dijo tu rostro
escrutando cada segundo
de mi vida. El tiempo
se ha detenido en un final
violento. En este callejón
no hay salida, eres presa
fácil para los buitres.
Me insistes que lo deje,
que no vaya más allá del cielo,
que ni en el más largo momento
podré retrasar el final.
Me escupes el veneno
del adiós, del fracaso,
no siento más que miedo.
No espero más que el tiempo
detenido, a veces lo quiero.
Me enviaste aquella postal
de recuerdo, donde las olas
del mar a mí regresaban
y me sentí frío como el hielo.
Me impides sentir el amor
que me rodea; ¿no te das cuenta
que solo persigues silencio?
No sé quien eres tan cerca
y me ahogas entre horas
muertas, dame un respiro
sombra traicionera:
no me lo das, me dices
tan solo te espera el infierno.

SOMOS TODAS LAS PUERTAS

Fui cerrando las puertas
mientras caminaba por el pasillo
de aquella casa en penumbra.
Se escuchaban murmullos
a lo lejos, al fondo de las estancias;
nada entendía de lo que alli decían
aquellas voces suaves de mujer.
Caminaba posando las manos
en las paredes de la galería,
a tientas sentía los pomos de las puertas
y las cerraba en un acto reflejo.
Las palabras seguían sonando
y yo no comprendía nada,
simplemente y solo caminaba.
Pero las letras se hicieron
más claras, y entre el siseo
de alguna estancia me pareció
escuchar "quizás lo quiera".
Pasé despacio tras la puerta
siguiendo aquel susurro nuevo,
de frente mirando un espejo,
acaricié el hombro desnudo
de una mujer con la piel
blanca y fría, mientras repetía
"quizás lo quiera".
No tardé más de un momento
en salir de aquel cuarto
y cerrar también la puerta,
no había ningún rostro en aquel espejo.
Seguí caminando por el pasillo
dejando cerradas tras de mí
todas las puertas, las manos
rozando los pomos y mis ojos
no viendo nada. La había esquivado.