Sentimos como ciudadanos que ha
llegado el momento, que estamos viviendo el momento histórico en el que la monarquía
ha dejado de ser nuestra forma de gobierno, o incluso mejor planteado, en el
que los ciudadanos han decidido no tener rey, porque, efectivamente, monarquía
implica rey, el concepto abstracto implica una concreción en carne y hueso, la
de rey, que es inaceptable.
Los españoles ya se sienten
ciudadanos de una república, ya han explicitado que no toleran más privilegios
de sangre, que no están dispuestos a aceptar la existencia de privilegios en
función de la cuna en la que se nace. Los españoles son libres y por tanto
quieren ser iguales. Y no hay marcha atrás. Estamos en un proceso histórico que
pondrá fin a la monarquía, eso lo saben hasta los niños más pequeños. Los españoles
ya se sienten ciudadanos de una república, solo hay que proclamarlo legalmente.
Recordando las palabras de Azaña, el juez del proceso que estamos viviendo es
el pueblo, la sentencia será la República.
No será la República del 68, ni
la del 36, será la República del siglo XXI, que no nos enlacen momentos históricos
pasados que terminaron en catástrofes con el presente, con la intención de
provocar el miedo en los ciudadanos. La república será de los españoles porque
las fuerzas monárquicas, económicas y políticas han abdicado de sus funciones. Han
abandonado al pueblo y el pueblo las ha abandonado. El pueblo entero.
Y este es el punto clave para
entender el profundo miedo de la monarquía en la actualidad. La totalidad del
pueblo está harta, de arriba abajo, en todos sus estratos sociales ha dicho
basta. Todo el mundo está de acuerdo en que los privilegios son inasumibles y
que se han terminado.
Ya nos extenderemos más en el
asunto, que da para muchas y muchas páginas. Este es solo el comienzo, la República,
de hombres libres e iguales, ya está aquí, y no tiene marcha atrás. Luchemos por
defenderla, todos, porque todos somos república.
Para terminar recordaremos unas
palabras del monarca: “lo siento, me he equivocado, no se volverá a repetir”. Efectivamente,
te equivocaste; efectivamente, no se volverá a repetir; pero ten por seguro que
no te hemos perdonado.
NUNCA MÁIS MONARQUÍA.