Hace algunas semanas tuvo una recaída, mi madre me lo contaba por teléfono y empezó a decir "tu abuela no se quiere morir, le pone una voluntad enorme, es increíble las ganas de vivir que tiene. La pobre llora por las noches y está nerviosa" se me rompió el alma, empecé a llorar desconsoladamente sin poder articular palabra, haciendo todo lo posible para que mi madre no lo notase, joder estaba hablándome con una entereza y una valentía de su madre, a la que adora, que me sentí minúsculo, estúpido ante estas dos mujeres.
Solo espero que viva, que aguante. Espero hablar este verano de nuestro Zapatero y de nuestro Madrid en el porche de la casa con ella, como tantas y tantas veces. Hay seres extraordinarios y mi abuela es uno de ellos, y lo seguirá siendo, porque mi abuela no se quiere morir.
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