sábado, 21 de mayo de 2011

DE PÁJAROS DE MAL AGÜERO


Una vez alguien me dijo que tenía muchos pájaros en la cabeza, bien dicho creo, todavía revolotean en mis ondulaciones; pero seamos francos, no eran y no son más que canarios, periquitos o ruiseñores, de esos pájaros cantarines y fanfarrones que toman sus miguitas pretenciosa pero alegremente. Me da por pensar que en el fondo soy un afortunado, puesto que en más de alguna azotea lo que revolotean son buitres campeadores, de esos que acechan la carroña, es decir que viven de la carroña, y ¿qué es la carroña sino cádaver? Cuántos buitres acechan los cadáveres putrefactos de las buenas gentes que no tienen más que huesos de moneda. Es muy español el buitre carroñero y, aunque en apariencia muy diverso, es fácilmente reconocible, en forma de banquero, de político empresario constructor corrupto, juez fascista o empresario misógino. Estos días la gente se retuerce bajo el vuelo del buitre carroñero, pero no acaba de comprender que mientras no se mate el perro no se acaba la rabia. Falta mala leche en este país, para que de una puñetera vez salten por los aires los que llevan dando la matraca desde hace más de 70 años. A estas mismas horas los buitres se retuercen de risa ante el sol de las campanas, saben perfectamente que nadie cortará sus alas.

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