martes, 18 de febrero de 2014

EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA. LA TORTURA



EL INSTITUTO DE HOY EN DÍA
Una profesora está apoyada sobre la pared y sobre un radiador, espera a que entren todos los alumnos en clase y una adolescente, de 16 años, le espeta en su cara: “¿te estás calentando el conejo?”
En otro momento, un profesor está haciendo un examen, 2º de la E.S.O, donde hay un alumno de 16 años que no se rige más que por su propia voluntad, que le pide ir al servicio en los siguientes términos: “¿puedo ir a mear que la tengo gorda?”
Un macaco de primero de la ESO, de apenas 13 años, en un examen de matemáticas decide salir del aula, la profesora le corta el camino poniéndose en la puerta, un profesor de guardia observa por casualidad la escena: la puerta abierta, la profesora apoyada a los marcos de la puerta y el alumno colándose por debajo de las piernas de la profesora.
En una hora de guardia, tres alumnos hacen un espacio en el aula y comienzan a jugar al fútbol con una pelota de papel del tamaño de un balón de balonmano, golpean la pared y en uno de los rebotes la pelota cae a los pies del profesor que la recoge, uno de los alumnos le dice que se la dé y el profesor le responde que no se juega al fútbol en clase, el alumno indignado contesta lo siguiente: ¿Cómo que no? Si no hacemos daño a nadie. Los morlacos tienen uno 16 años, otro 17 y el último 18. Los tres repitiendo una o dos o tres veces a lo largo de su vida académica.
En otro momento el alumno que había pedido ir al servicio, le dice al mismo profesor, que al parecer tenía un ojo un poco rojo, según observación de un niño: “¿estás colocao?”
Una profesora está llamando la atención a un morlaco de 16 años, que se siente aburrido de escuchar el sermón y pone fin a la charla del siguiente modo: “¡Cómeme la polla!”
El profesor del ojo rojo decide llamar la atención a una alumna que está bebiendo en el aula, un compañero se solidariza con ella, se levanta, se acerca a la papelera, bebe su refresco de un trago, tira el envase en la papelera y como gesto de hombría eructa.

Quizás algún día continúe

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