Tan buen día es hoy como mañana para que los ciudadanos libres, en el pleno significado del término, indignados ante la comparsa de estado que padecemos, proclamemos definitivamente la República. Hoy tenemos las mismas razones que ayer, que hace un año, que hace una década para proclamarla ante todos, libremente y sin demora. Pero además de las razones, hoy tenemos el estómago revuelto ante el continuo bombardeo de propagranda proborbónica en los medios de comunicación, tanto públicos como privados, con la intención de lavarle la cara al monarca que tenemos que sufrir día a día. Ya basta, en verdad produce asco la sucesión de reportajes, entrevistas, mensajes, semblanzas de este personaje que en el mejor de los casos podemos definir como mediocre, y que intentan vendernos como la pieza fundamental de un estado, que por otro lado jamás ha existido.
Nada más sencillo que mi mensaje, querido juan carlos: he dejado de ser un súbdito, y usted mi rey. En verdad usted no es nada, más allá de cazador.
NUNCA MÁIS MONARQUÍA
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