sábado, 11 de diciembre de 2010

CON EL CORAZÓN

Ha muerto el padre de un amigo, de un buen amigo, se lo llevó el temporal del invierno gallego, esa enfermedad que rompe los peñascos de los más duros arrecifes del noroeste, y de otros lares. El dolor es suyo, mío el lamento, el dolor es suyo. Pero yo no estuve allí, como en tantas otras cosas, yo no estuve allí. El mismo temporal me tiene preso en una esquina de la que no puedo salir, y la tempestad se lo lleva todo por delante, sin contemplaciones y dispuesta a dar un golpe. Hoy hablé con él y le di el pésame, solo quería darle un abrazo, las palabras no siempre sirven, se caen como gotas en un charco. El lamento es mío, pero el dolor es suyo, hoy he realizado el conjuro de los muertos, de los espíritus, de las almas, y he lavado mis pecados para enfrentarme con mi tiempo. Un soplo de vida envío a quien no leerá estas palabras, mi homenaje anónimo, amistad volando errante.
Lo siento amigo, lo siento.

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