Quizás un vuelo suavetras la luz, allá a lo lejos,entre el mar y el cielo.Quizás en un momentocualquiera y delicado,un suspiro eterno.Dios no está esperando,hace demasiado tiempoque estamos en pecado.Pero al fondo el resplandorquema las rocas en la playa;me digo "es un error",aquí y allí no hay nada.Lamenté perderme en ese instanteen que las olas me llevabanhacia el horizonte.Volví estrellándome en las rocasa nuestro punto de encuentro,y me dije frente al mar"no regresaré ni muerto".Ahora, preso de la locura,me arrastro por la arenade la playa, mientras miroaquella luz que nace y muerepersiguiendo mi fantasma.
TAN AMARGA COMO EL LICORCUANDO RESBALA POR LA GARGANTA,LA LUZ EN EL UNIVERSO INFIELDE AQUELLOS SUEÑOS LEJANOS;SE QUEMAN LOS OJOS AL VERTELEJOS, A CADA TRAGO,EN UN HORIZONTE INSOPORTABLE.NO ME SIENTO, DESDE HACE TIEMPO,EL LUGAR QUE OCUPO NO APARECE,EN LUCES Y SOMBRAS SE DESVANECETU MISERICORDIA DESPISTADA.
Afrontemos los hechos,
tu cara mirando el rostro
inquieto en el espejo;
No recuerdas bien que queda
de aquella infancia inocente;
joven aún, se retuerce
en una mueca inexplicable.
Has pasado un tiempo valioso
buscando quien has sido,
y entre risas y sollozos
has perdido lo que eras.
Hablas con cadencia melodiosa
y muestras gracia en el andar,
entre jovial y divertido vives
no es un guiño, es parpadear.
Mírate el rostro artista,
vestido de luces en el ruedo,
la montera atada a tu cabeza
y los pies lejos del suelo.
La cuchilla está afilada
acercas el filo a tu cara
y se desliza con descaro.
En la mano temblorosa
el acero se prepara,
escuecen las heridas
han velado armas.
Tu rostro, ahí lo tienes,
suave y descarado,
las pupilas se dilatan
y lo rajas amargado.
Confundido en la sangre
te acercas al espejo,
y entre lágrimas de miedo
apareces ya muy tarde.